Varios de los 33 mineros atrapados en el norte de Chile
desde el 5 de agosto sufren problemas psicológicos o tienen lesiones
físicas importantes, según han reconocido las autoridades chilenas. "Se
detectaron alteraciones urinarias, dermatológicas severas y un cuadro depresivo inicial de cierta importancia", precisó el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
Mañalich, que calificó de "sobrecogedor" el vídeo enviado este jueves por los trabajadores,
ha añadido que los especialistas están preocupados por la extrema
delgadez de algunos y porque el lugar "es un verdadero barrial
(barrizal)".
El ministro es uno de los pocos que ha podido ver los cerca de 45 minutosde imágenes, ya que el Gobierno decidió editar la grabación por lo fuertes que podían resultar las imágenes para sus familiares.
En declaraciones al vespertino 'La Segunda', Mañalich reconoce que
en el vídeo original podían apreciarse lesiones y cortes en los cuerpos
de los mineros, además de hongos, debido a la humedad existente a 700 metros de profundidad.
Además de las lesiones físicas, cinco de ellos tienen un "mayor riesgo anímico"
y por ello los controlan psicólogos y psiquiatras. "Se comenzó a
realizar una entrevista psiquiátrica y a realizar una suerte de terapia
a distancia con cada uno de ellos", precisó Mañalich.
El diagnóstico de la depresión se efectuó después de realizarles un cuestionario "y los más afectados estarían comiendo menos", según sus propios compañeros, que agregaron que "pasan mucho tiempo acostados y alejados del grupo".
Sus cartas
Las cartas que los mineros han enviado a sus familiares muestran su angustia. "No saben cómo sufre el alma al estar bajo tierra y no poder decirles que estaba vivo.
En instantes pensé que quedaríamos atrapados y moriríamos lentamente de
hambre", reza parte de una carta enviada por Edison Peña, de 34 años, a
sus familiares.
En tanto, el mecánico Raúl Bustos, que fue el encargado de fabricar
una canaleta especial donde recoger el agua bebible, cuenta a su
esposa: "Mi Dios me dio fuerzas para vencer la ansiedad del hambre que
pasamos. Aquí casi desmayaron, rezaba y pedía por todos, que si pasaba
algo, lo tomaran bien".
Por otro lado, en la superficie, el equipo de socorro ha instalado una excavadora de 30 toneladas
que debe taladrar en un ángulo casi vertical un conducto de 700 metros
de profundidad y 66 centímetros de diámetro por el que los mineros
serán extraidos uno por uno.
